jueves, 19 de agosto de 2010

No sé qué hacer, no sé qué hacer

Ando así como bien hyper.
Sin saber qué hacer.
Teniendo mil pensamientos.
Queriendo hacer mil cosas y sin hacer ni una ni otra.
Pronto será la hora de la comida y se interrumpirá esta tranquilidad de tener el tiempo para mí sola.
¿Será que quiero hacer ejercicio?
No, no es eso.
No me gusta hacer ejercicio pensando, estando conciente de que lo estoy haciendo para mantenerme en forma.
Me gustaba correr.
Jugar.
Saltar.
Brincar.
Y luego, al detenerme para esperar ser atrapada, darme cuenta de que estaba cubierta en sudor, con la respiración y el corazón a todo lo que daban.
Corazón, corazón, corazón.
Pienso en ti sin querer pensar en ti.
Alguna vez me admití amarte.
Pero ahora nada más procuro olvidarte y mantener mis sentimientos ajenos a ti.
Mantenerte ajeno a mí.
Pero, ¿cómo hacerlo? Me das esas miradas que me cautivan y me hipnotizan.
Que me hacen detener el mundo que gira y gira a mi alrededor.
Ganas de tomarte al vuelo y estrellar tus labios contra los míos.
Tan solo para demostrarte de lo que te estás perdiendo.
De lo que nos estamos perdiendo los dos.
Respiro ya más y mejor.
Al menos imaginarme esto me calma.
Lástima que creo que nunca entenderás mis indirectas.
Lástima que nunca será lo que podría ser.
Simplemente porque somos lo que somos.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario