domingo, 27 de mayo de 2012

Pride&Prejudice - The secret life of daydreams



Más oportuno no pudo ser el título, en vista de que mi mente divaga conforme me pongo a realizar el trabajo encomendado por mis profesores.
Me va bien en la escuela, disfruto a los compañeros y disfruto mis clases. Algunas me llenan de felicidad y gozo, y otras siento que no me sirven para nada mas que para hacer corajes.
En mi casa hay ruido proveniente de más de 3 televisores, por lo que pongo música instrumental para no distraerme con la letra o el ritmo e ignorar la lectura que me encuentro realizando... Y aún así mi mente logró hacer que evadiera mis deberes y recordara cada escena de esta película conforme escucho las diferentes canciones. Quisiera tener el disco, pero no he logrado encontrarlo.
Aunque me afane en decir y aseverar que soy una tomboy de lo peor, la verdad es que aunque me gustan las películas de acción, mis favoritas son los dramas, y los dramas románticos, aquellos con un final feliz, con romance, con la ilusión y alegría de que al final algo bonito ha de surgir de todas las desgracias que pasaron durante la última hora y media de la película.
Y ahorita estoy de que no sé qué hacer...
Quisiera ponerme a trabajar para poder valerme por mí misma, y hacer lo que yo quisiera con ese dinero. Todavía me falta un año para terminar la carrera y siento que si me meto a trabajar ahora, estaré como mis conocidos que trabajan: en friega, descuidando la escuela y desaprovechándola porque no soy capaz de hacer ninguna actividad laboral o escolar sin llegar al estrés total. Combinando las dos en estos momentos, creo que moriré... O tal vez no. También me gusta estar ocupada todo el tiempo para no dejar que mi mente divague en vanidades y ese rato que debería aprovechar para hacer lo que yo quiero, sea un tiempo completamente desperdiciado porque en realidad no quiero hacer nada, y es lo que termino haciendo.
Por otra parte, estoy pisando una línea y si me bajo de ella tendré que tomar una decisión: seguir ilusionándome con alguien que ya no está para mí, o avanzar y emprender una nueva aventura amorosa con alguien que sí me entiende, con quien tengo miles de cosas en común. Aunque la respuesta parece obvia y sencilla, es más fácil decir que hacer, y es más fácil permanecer en un mismo lugar que avanzar.
Al menos ya tengo la paz y estabilidad mental para poder hablar con Juan José sin que mi corazón dé un vuelco, ya puedo ver las fotos sin llorar, leer los textos sin sufrir... Y darme cuenta de que sufrí demasiado con esa relación, más de lo que me hubiera imaginado, incluso mientras estaba a su lado.
Así que, espero poder animarme a trabajar y a hacer lo que sé que tengo qué hacer: dejar el temor a las cosas nuevas, y aventarme a trabajar y a tener nuevas experiencias.
Pero, más adelante lo segundo. Porque verdaderamente estoy disfrutando la soltería en estos momentos.

martes, 22 de mayo de 2012

Novedades de mayo


Aunque ustedes no lo crean, porque parece que de otra cosa no hablo en este blog, ¡ando tan feliz y contenta! Curiosamente, cada vez que hablo con él, me llega como un tipo de iluminación, una sensación diferente, y una calma diferente a lo que he sentido en los últimos meses. No crean que me he vuelto a enamorar, todo lo contrario: He llegado a perder el amor que tanto sentí.
No me pesa ya, me pesaba lo que no fue. No me pesa lo que perdí, pues ahora reconozco de lo que me salvé. Y aunque en ocasiones no lo entienda, es por eso que me llamó la atención, porque es de las pocas personas en cuyos zapatos no me logro poner. ¡Es tan raro!
El otro día, después de una llamada muy interesante a altas horas de la madrugada, me sentía extraña, me sentía diferente. No me sentía como en otras ocasiones que habíamos hablado en la noche, que me sentía renovada y contenta. Me sentía... extraña. Y me aventé todo el día intentando descifrar qué era esa sensación tan extraña y a qué se debía. Hasta en la noche que me metí a bañar (pareciera que las mejores ideas le llegan a uno mientras se baña) caí en la cuenta de que lo quería como a un amigo. ¡Finalmente! Tan desperdiciados que estábamos, la verdad, pero necesitaba darme mi tiempo. Como suelo decirles a mis amigos más cercanos: No dejo de ser vieja.
Aún así, leo palabras viejas y recuerdo ese hermoso amor que tuvimos, pero ya puedo ver las fotos sin que se me nuble la mirada, y recordar experiencias previas sin añorarlas como niña sin juguete.
Recuerdo que hace un año nos fuimos al Centro a comer pitahayas. Consideré ir y traerme unas a la casa... Pero no sabría reconocer las buenas de las malas, y en mi casa comemos fruta por novedad más que por antojo o por gusto, de tal manera que sería un desperdicio de dinero y de vuelta, no fuera a remover viejos sentimientos.
Estos días hemos estado platicando seguido, y me gusta poder hablar de cualquier cosa con él. Aún me dan ganas de agarrarlo a besos, pero ya no sé si es porque todavía me gusta o porque realmente tengo complejo de zorra. (Ja, ja, ja)
Ya estoy más que enfadada de la escuela. El otro día le dije a un compañero que el programa está mal... Aunque a decir verdad, incluso en los países primer mundistas se quejan del método de enseñanza que siguen.
Pero en fin, yo le comentaba que era una idiotez que te hicieran sufrir durante 2 semestres con materias de tronco común, porque así cuando finalmente llegabas a las materias que eran específicas de tu carrera, ya estabas más que enfadado de la escuela. Me falta tan sólo un año para terminar la carrera, y me dan ganas de ya no volver a poner un pie en la escuela.
Me desespera estar trabajando todo el tiempo. Y desespera más, como decía Guille de Mafalda, "El éxito fácil". ¡Ah, cómo los odio! Como ahora en el examen, que el principal idiota del salón me quería copiar las respuestas. Déjense de que sea un imbécil, sangrón, hipócrita, engreído y gay no salido del clóset (y por ende, frustrado y amargado): ME CAE MAL. Ya me veo regalándole calificación...
Y me enfada tener que estar haciendo todo yo. No sé si las cosas me enfadan porque no quedan bien, o no quedan a mi gusto y por eso siento que no quedan bien. Voto por lo primero, aunque algo hay de lo segundo.
Querido verano, ya ven a mis brazos, que quiero poder dormir de 12 a 10 en lugar de 1 a 6. Eso de levantarse cuando el sol sigue acostadote, no es de Dios...

jueves, 3 de mayo de 2012

Grandes historias

Porque aunque el título me recuerde a un programa o comercial que alguna vez transmitieron los de Televisa, la verdad es que con el título de este relato me refiero a las grandes historias que cuentan a nuestro alrededor. Las historias de aventuras, de honor y coraje, y todos esos valores que esperamos poder inculcar en nuestros hijos para que ellos hagan un mejor futuro del que podría esperarles.
Hoy estaba paseándome por el Facebook, encontrando mil excusas con las cuales distraerme de mis obligaciones para mañana poder quejarme de que dormí mal porque me acosté tarde por puro gusto. Masoquista que soy, yo lo sé... Pero entre este caos de memes y diversas faltas de ortografía que ni me molestaré en comentar, me encontré un par de posts que hablaban de Gustavo Cerati, así que me di una vuelta por las noticias más recientes, esperando encontrar (esperando el alivio de encontrar) que Cerati había fallecido. Pero no fue el caso. Las personas simplemente lo recordaron por el gusto de recordarlo.
Roxette dio un concierto en Argentina e hicieron un cover (pura guitarra) de De música ligera. Me encantan los conciertos de rock, porque sólo necesitas darle al público una base musical y son ellos los que hacen la canción, los que le dan la entonación y el sentimiento adecuado a la letra y la hacen una canción.
¡Qué sensación tan maravillosa! La de verte rodeado por miles de personas que comparten tus mismos gustos, tu misma ilusión, sueños e ilusiones. Se han escrito ya millares de comentarios, canciones y películas que hablan acerca de lo que es el rock, pero siento que muy pocas son las personas que realmente han gozado de ese sentimiento.
Ya sabemos que el rock no está ahí para conseguir un acostón. Está ahí para inspirar el sentimiento de entrega total hacia la música, de entrega al vocalista que te fascina, al guitarrista que te captura, el baterista que te emociona y el bajista que te cautiva. Una cosa es amar al vocalista y otra muy diferente es amar su música. Es enamorarte de la forma en que te atrae su voz, de cómo sueñas que es la persona que canta... Y luego descubres que es el único en la banda que no se viste como hombre. (Disculpen ustedes, hoy vi al vocalista de AFI y tuve que hacer esa referencia. ¿Por qué arruinar una canción tan solemne y desgarradora con un pelo largo, que se ve como si le hubieran echado brea encima y una ropa de gótico que para nada va con el resto de la banda? ¡Aprovecha e intégrate al grupo! No te vayas a hacer como Amaia Montero, que dejó atrás a una excelente banda por el pop. Si de por sí era enfadosa su voz... Quítale la buena letra y la potencia de la guitarra y te acabas de conseguir el lullaby menos melodioso del mundo.
Pero bueno, suficiente de malos ejemplos.
Las historias que quería contar no eran esas, ni las de los moteles baratos o de los perfumes corrientes, de las travesuras de adolescentes o de las tonterías de los jóvenes adultos. Veo a mis conocidos pasar por mil cosas que yo no he tenido la oportunidad de experimentar, no a falta de voluntad sino por exceso de cadena y falta de eslabones.
Por eso me gustan estas historias, porque son guías, son planes, son sueños hechos realidad. Tommy y Gina nunca se echaron para atrás, aunque ambos tenían que trabajar y comían en bandejas de plástico, el punto era que lo estaban haciendo y lo lograrían juntos. Obviamente les pongo el ejemplo romántico porque es el que más me atrae, porque a fin de cuentas un poema siempre suena mejor cuando es de amor, pero cualquier otro tipo de motivación es igual de bueno. Incluso Eminem, con sus traumas de chiquillo con su padre que lo abandonó y su madre que se la vivía drogada. El punto es ver, saber que no eres el único pobre imbécil en este mundo que está hasta la madre de lo que lo rodea, pero que sabe que cuando salga de esta pequeña jaulita de oro que le hicieron sus padres, va a valer todavía más madre.
Paso varias veces a la semana por una escuela a la que me gustaría pertenecer, pero aún faltan un par de años para que eso pase, y éso si acaso llega a pasar. Según yo tengo mis planes bien trazados de aquí a 5 años, pero nunca se saben las vueltas que da la vida. De aquí a Derecho señores, y a ver cómo me va en la feria.