martes, 22 de mayo de 2012

Novedades de mayo


Aunque ustedes no lo crean, porque parece que de otra cosa no hablo en este blog, ¡ando tan feliz y contenta! Curiosamente, cada vez que hablo con él, me llega como un tipo de iluminación, una sensación diferente, y una calma diferente a lo que he sentido en los últimos meses. No crean que me he vuelto a enamorar, todo lo contrario: He llegado a perder el amor que tanto sentí.
No me pesa ya, me pesaba lo que no fue. No me pesa lo que perdí, pues ahora reconozco de lo que me salvé. Y aunque en ocasiones no lo entienda, es por eso que me llamó la atención, porque es de las pocas personas en cuyos zapatos no me logro poner. ¡Es tan raro!
El otro día, después de una llamada muy interesante a altas horas de la madrugada, me sentía extraña, me sentía diferente. No me sentía como en otras ocasiones que habíamos hablado en la noche, que me sentía renovada y contenta. Me sentía... extraña. Y me aventé todo el día intentando descifrar qué era esa sensación tan extraña y a qué se debía. Hasta en la noche que me metí a bañar (pareciera que las mejores ideas le llegan a uno mientras se baña) caí en la cuenta de que lo quería como a un amigo. ¡Finalmente! Tan desperdiciados que estábamos, la verdad, pero necesitaba darme mi tiempo. Como suelo decirles a mis amigos más cercanos: No dejo de ser vieja.
Aún así, leo palabras viejas y recuerdo ese hermoso amor que tuvimos, pero ya puedo ver las fotos sin que se me nuble la mirada, y recordar experiencias previas sin añorarlas como niña sin juguete.
Recuerdo que hace un año nos fuimos al Centro a comer pitahayas. Consideré ir y traerme unas a la casa... Pero no sabría reconocer las buenas de las malas, y en mi casa comemos fruta por novedad más que por antojo o por gusto, de tal manera que sería un desperdicio de dinero y de vuelta, no fuera a remover viejos sentimientos.
Estos días hemos estado platicando seguido, y me gusta poder hablar de cualquier cosa con él. Aún me dan ganas de agarrarlo a besos, pero ya no sé si es porque todavía me gusta o porque realmente tengo complejo de zorra. (Ja, ja, ja)
Ya estoy más que enfadada de la escuela. El otro día le dije a un compañero que el programa está mal... Aunque a decir verdad, incluso en los países primer mundistas se quejan del método de enseñanza que siguen.
Pero en fin, yo le comentaba que era una idiotez que te hicieran sufrir durante 2 semestres con materias de tronco común, porque así cuando finalmente llegabas a las materias que eran específicas de tu carrera, ya estabas más que enfadado de la escuela. Me falta tan sólo un año para terminar la carrera, y me dan ganas de ya no volver a poner un pie en la escuela.
Me desespera estar trabajando todo el tiempo. Y desespera más, como decía Guille de Mafalda, "El éxito fácil". ¡Ah, cómo los odio! Como ahora en el examen, que el principal idiota del salón me quería copiar las respuestas. Déjense de que sea un imbécil, sangrón, hipócrita, engreído y gay no salido del clóset (y por ende, frustrado y amargado): ME CAE MAL. Ya me veo regalándole calificación...
Y me enfada tener que estar haciendo todo yo. No sé si las cosas me enfadan porque no quedan bien, o no quedan a mi gusto y por eso siento que no quedan bien. Voto por lo primero, aunque algo hay de lo segundo.
Querido verano, ya ven a mis brazos, que quiero poder dormir de 12 a 10 en lugar de 1 a 6. Eso de levantarse cuando el sol sigue acostadote, no es de Dios...

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