jueves, 3 de mayo de 2012

Grandes historias

Porque aunque el título me recuerde a un programa o comercial que alguna vez transmitieron los de Televisa, la verdad es que con el título de este relato me refiero a las grandes historias que cuentan a nuestro alrededor. Las historias de aventuras, de honor y coraje, y todos esos valores que esperamos poder inculcar en nuestros hijos para que ellos hagan un mejor futuro del que podría esperarles.
Hoy estaba paseándome por el Facebook, encontrando mil excusas con las cuales distraerme de mis obligaciones para mañana poder quejarme de que dormí mal porque me acosté tarde por puro gusto. Masoquista que soy, yo lo sé... Pero entre este caos de memes y diversas faltas de ortografía que ni me molestaré en comentar, me encontré un par de posts que hablaban de Gustavo Cerati, así que me di una vuelta por las noticias más recientes, esperando encontrar (esperando el alivio de encontrar) que Cerati había fallecido. Pero no fue el caso. Las personas simplemente lo recordaron por el gusto de recordarlo.
Roxette dio un concierto en Argentina e hicieron un cover (pura guitarra) de De música ligera. Me encantan los conciertos de rock, porque sólo necesitas darle al público una base musical y son ellos los que hacen la canción, los que le dan la entonación y el sentimiento adecuado a la letra y la hacen una canción.
¡Qué sensación tan maravillosa! La de verte rodeado por miles de personas que comparten tus mismos gustos, tu misma ilusión, sueños e ilusiones. Se han escrito ya millares de comentarios, canciones y películas que hablan acerca de lo que es el rock, pero siento que muy pocas son las personas que realmente han gozado de ese sentimiento.
Ya sabemos que el rock no está ahí para conseguir un acostón. Está ahí para inspirar el sentimiento de entrega total hacia la música, de entrega al vocalista que te fascina, al guitarrista que te captura, el baterista que te emociona y el bajista que te cautiva. Una cosa es amar al vocalista y otra muy diferente es amar su música. Es enamorarte de la forma en que te atrae su voz, de cómo sueñas que es la persona que canta... Y luego descubres que es el único en la banda que no se viste como hombre. (Disculpen ustedes, hoy vi al vocalista de AFI y tuve que hacer esa referencia. ¿Por qué arruinar una canción tan solemne y desgarradora con un pelo largo, que se ve como si le hubieran echado brea encima y una ropa de gótico que para nada va con el resto de la banda? ¡Aprovecha e intégrate al grupo! No te vayas a hacer como Amaia Montero, que dejó atrás a una excelente banda por el pop. Si de por sí era enfadosa su voz... Quítale la buena letra y la potencia de la guitarra y te acabas de conseguir el lullaby menos melodioso del mundo.
Pero bueno, suficiente de malos ejemplos.
Las historias que quería contar no eran esas, ni las de los moteles baratos o de los perfumes corrientes, de las travesuras de adolescentes o de las tonterías de los jóvenes adultos. Veo a mis conocidos pasar por mil cosas que yo no he tenido la oportunidad de experimentar, no a falta de voluntad sino por exceso de cadena y falta de eslabones.
Por eso me gustan estas historias, porque son guías, son planes, son sueños hechos realidad. Tommy y Gina nunca se echaron para atrás, aunque ambos tenían que trabajar y comían en bandejas de plástico, el punto era que lo estaban haciendo y lo lograrían juntos. Obviamente les pongo el ejemplo romántico porque es el que más me atrae, porque a fin de cuentas un poema siempre suena mejor cuando es de amor, pero cualquier otro tipo de motivación es igual de bueno. Incluso Eminem, con sus traumas de chiquillo con su padre que lo abandonó y su madre que se la vivía drogada. El punto es ver, saber que no eres el único pobre imbécil en este mundo que está hasta la madre de lo que lo rodea, pero que sabe que cuando salga de esta pequeña jaulita de oro que le hicieron sus padres, va a valer todavía más madre.
Paso varias veces a la semana por una escuela a la que me gustaría pertenecer, pero aún faltan un par de años para que eso pase, y éso si acaso llega a pasar. Según yo tengo mis planes bien trazados de aquí a 5 años, pero nunca se saben las vueltas que da la vida. De aquí a Derecho señores, y a ver cómo me va en la feria.

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