martes, 19 de mayo de 2009

Presidenta mexicana

Estaba pensando, muy a la random, como de costumbre, la lata que sería para la pobre víctima/persona, convertirse en la presidenta de México. ¿Cómo llegué a tal pensamiento? Ni sé, pero estaba pensando sobre todo en la ropa. En el caso de los hombres no hay problema, pues un traje sea nuevo, sea viejo, sea azul, negro o gris, nunca llamará la atención, pues a fin de cuentas siempre será un traje, y como no creo que estén lo suficiente locos o sean lo suficientemente masoquistas como para ponerse un traje de pingüino, se quedan atorados con el traje.
En cambio, las mujeres podemos usar traje sastre, falda, zapatos de un tipo, del otro, un peinado, los aretes, el reloj, las pulseras, los anillos, la bolsa... Con tanta variedad y con tanta arpía que hay en el mundo, no faltarían los comentarios de:
“Nos agradó mucho el conjunto que traía la H. Presidenta Fulanita de Tal, lástima que trajera los mismos aretes que se puso cuando se inauguró Tal Lugar.” –Revista de modas
“La Presidenta bien que va a ayudar a los niños pobres, ¡vaya! De su propio monedero de Coco les dio una que otra moneda, la muy ingrata…” –Alguna envidiosa que no puede pagar las marcas originales

¿Qué pasaría si la pobre mujer tuviera nada más 100 garras en el clóset como toda mujer normal?

“Maldita vieja, es un insulto a la sociedad mexicana, con tanto dinero que se roba debería por lo menos vestirse bien para dar una buena imagen de México al resto del mundo” –Algún tarado anarquista sin nada qué hacer
Parece retrato, siempre trae lo mismo, es alguien sin clase ni estilo, no sé cómo llegó a ése puesto, ha de tener contactos aquí y allá, que se contrate un asesor de imagen…

El problema es que, común y desafortunadamente, la política es cosa de hombres. (Escucho los ladridos y mentadas de madre por doquier) ¡No es cierto! También es cosa de mujeres, a mí me encanta leer cosas al respecto. Pero el público mexicano en general es bien valemadrista en lo que respecta la política. A fin de cuentas, un partido es igual que el otro. Total, son unas ratas, ¿no? Y la credencial electoral nomás sirve como identificación, de otra manera ni siquiera se molestarían en hacer fila para ir a sacarla, ¿no?
Con una presidentA, pasa a ser rollo de viejas porque nomás estarían al acecho para ver cómo la critican, la acribillan y de alguna manera comprueban que ellas son mucho mejor mujer que aquélla que maneja su país y “controla sus impuestos”.
Méndiga vieja, ya hasta mí me cayó gorda.

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